España, principios de 1600: el noble y culto Bernardo de Burgos decide cuidar de un joven buscón. Lo acoge en su palacio para instruirlo y ofrecerle una vida digna. De repente, a Bernardo se le acusa de traición a la corona española y es llevado a prisión. Será el joven Pedro quien, junto con el mismísimo maestro don Francisco de Quevedo, tendrá que probar la inocencia de su maestro.